¿Qué son el melasma y el cloasma?

El melasma y el cloasma son afecciones cutáneas caracterizadas por el desarrollo de pigmentación irregular en zonas expuestas al sol, que afectan predominantemente a las mujeres. La comprensión de las causas subyacentes y la aplicación de estrategias de tratamiento adecuadas pueden mejorar significativamente su aspecto y minimizar el impacto en el bienestar de las personas. Promover la protección solar y el equilibrio hormonal son medidas preventivas cruciales para minimizar la aparición de estas afecciones. Manténgase informado, adopte medidas proactivas y consulte a expertos dermatólogos para obtener asesoramiento personalizado y mantener su piel radiante y sana.

Melasma: Una mirada más cercana

El melasma, también conocido como cloasma faciei, es un trastorno común que afecta principalmente a las zonas de la piel expuestas a la luz solar, como la cara, el cuello y los brazos. Esta afección es más frecuente en las mujeres, sobre todo en las que están embarazadas o toman anticonceptivos orales.

Las personas con melasma suelen experimentar la presencia de manchas bronceadas o marrones en la piel, que pueden variar en tamaño y forma. Estas manchas son el resultado de la sobreproducción de melanina, el pigmento responsable de determinar el color de la piel. Aunque la causa exacta del melasma sigue siendo objeto de investigación científica, se cree que las influencias hormonales del estrógeno y la progesterona, así como la exposición a la radiación ultravioleta (UV), desempeñan un papel importante en su aparición.

Varios factores pueden exacerbar la aparición del melasma, como las fluctuaciones hormonales, la genética y ciertos medicamentos. Además, la exposición al sol sin la protección solar adecuada estimula aún más los melanocitos, las células responsables de la producción de melanina, intensificando la pigmentación.

Antes y después de tratamiento con despigmentante y peeling

Entendiendo el cloasma

El cloasma, a menudo conocido como la «máscara del embarazo», es un tipo específico de melasma que afecta comúnmente a las mujeres embarazadas. Sin embargo, también puede aparecer en personas que toman tratamientos hormonales o en aquellas con una mayor sensibilidad a la radiación UV.

El término «cloasma» tiene su origen en la palabra griega «chloazein», que significa «volverse amarillo verdoso». Esto refleja el aspecto característico de la decoloración oscura y irregular de la piel, que se asemeja al tono amarillo verdoso. Al igual que el melasma, el cloasma se desencadena por fluctuaciones hormonales que conducen a una sobreproducción de melanina.

Es imprescindible señalar que el cloasma no supone ningún riesgo para la salud y es puramente un problema estético. No obstante, no debe subestimarse su impacto en la autoestima y el bienestar psicológico de una persona.

La prevención es la clave

La prevención del melasma y el cloasma debe ser una prioridad para las personas propensas a desarrollar estas afecciones. Para minimizar el riesgo de trastornos de la pigmentación es esencial aplicar un régimen completo de protección solar, que incluya el uso constante de un protector solar de amplio espectro con un FPS alto, llevar sombreros de ala ancha y buscar la sombra durante las horas de mayor radiación UV.

Además, las personas con desequilibrios hormonales o sometidas a terapia hormonal sustitutiva deben consultar a un profesional sanitario para asegurarse de que su plan de tratamiento está optimizado para reducir la probabilidad de melasma y cloasma.

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