Tratamiento de la Psoriasis con láser UVB Banda Estrecha

El tratamiento de la psoriasis con láser UVB de banda estrecha es una terapia clínica ampliamente utilizada en dermatología para abordar esta enfermedad cutánea crónica caracterizada por la aparición de placas rojas, escamosas y pruriginosas en la piel.

La fototerapia con láser UVB de banda estrecha ha demostrado ser efectiva en el control de la psoriasis, ya que la luz ultravioleta B (UVB) en una longitud de onda específica, generalmente en el rango de 311 a 312 nm, ayuda a reducir la inflamación y el crecimiento excesivo de las células cutáneas, mejorando así los síntomas de la enfermedad.

El procedimiento se lleva a cabo en sesiones planificadas y controladas, bajo la supervisión de un dermatólogo u otro profesional médico con experiencia en el manejo de la psoriasis. La frecuencia y duración de las sesiones se adaptan de acuerdo con la gravedad de la enfermedad y las necesidades individuales del paciente.

La fototerapia con láser UVB de banda estrecha ofrece varias ventajas en el tratamiento de la psoriasis. Una de las principales es su capacidad para tratar selectivamente las áreas afectadas, permitiendo una acción más precisa y evitando dañar el tejido sano circundante. Además, es una opción terapéutica bien tolerada en la mayoría de los pacientes y no requiere anestesia ni tiempos de recuperación prolongados.

Es importante tener en cuenta que el éxito del tratamiento puede variar según cada individuo y la extensión de la psoriasis. Algunos pacientes pueden experimentar mejoras notables en la apariencia de las lesiones, mientras que en otros casos, la respuesta puede ser más lenta y progresiva.

No obstante, como con cualquier procedimiento médico, la fototerapia con láser UVB de banda estrecha para la psoriasis también conlleva ciertos riesgos y consideraciones. Los efectos secundarios más comunes incluyen enrojecimiento y sensibilidad temporal de la piel en el área tratada, que suelen ser leves y transitorios.

Dividimos los tratamientos en cuatro clases:

  • Tópicos (directamente sobre la piel).
  • Fototerapias (luz ultravioleta).
  • Baños.
  • Internos (pastillas, píldoras, inyecciones).

Usualmente, cuando se inicia el primer tratamiento, se aplica un tratamiento tópico, pasando a fototerapia o tratamientos internos si los otros no son efectivos o por que la gravedad del caso lo requiera. El criterio es usar primero los tratamientos con menos efectos secundarios y sólo pasar a otros más agresivos si los primeros fracasan.

Muchos tratamientos para la psoriasis se han descubierto por casualidad al aplicarlos a otras enfermedades. Sólo ahora los avances en el conocimiento de los procesos celulares y los mecanismos inmunológicos implicados en la psoriasis permitirán el diseño de “terapias a medida” reduciendo previsiblemente los efectos secundarios de otras terapias actuales.

Tratamiento tópico

Tratamiento que se aplica directamente sobre la piel, como los alquitranes, corticoides, calcipotriol, antralina, emolientes, baños, etc. Generalmente se aplican con la mano pero en algunos casos se pueden aplicar con guantes de papel o plástico para proteger la piel de la mano. Hay que tratar sólo la zona afectada, no el resto de nuestra piel.

Fototerapia

Se usa la luz ultravioleta de entre 290 y 320 nanómetros. Es luz de alta energía, de una frecuencia mayor que la visible. La luz del sol contiene, en su espectro luminoso, luz ultravioleta de tres clases: UVA, UVB y UVC. La ultravioleta C (UVC), es la de mayor frecuencia y es dañina, pero casi no llega a la Tierra, gracias a la capa de ozono que nos protege. La UVA y la UVB, sí llegan a la tierra y se usan en muchos tratamientos.

Baños

Sumergir el cuerpo en agua ayuda a sentir la piel más confortable y a reducir el picor que puede acompañar a la psoriasis. Se pueden añadir aceites, preparados de alquitranes, sales o avena. El baño debe durar al menos 15 minutos. Puede ser útil para desprender las escamas que engrosan las placas. Al finalizar el baño es aconsejable aplicar hidratantes o aceites.

Tratamientos internos

Los inmunosupresores son utilizados en enfermedades inflamatorias y para disminuir el rechazo tras los trasplantes de órganos. Su efectividad en la psoriasis se considera una evidencia del importante papel del sistema inmune en la manifestación de la enfermedad. Así se puede utilizar la ciclosporina A, corticoides o anapsos.

Los retinoides (etretinato y acitretino) se reservan para formas severas de psoriasis. Debido a su capacidad de provocar defectos en el feto, las mujeres en edad de procrear deben usar métodos anticonceptivos eficaces durante el tratamiento y por un período de 2 años después de dejar de tomar el retinoide. Esto no se aplica a los varones. En ambos casos, no debe donarse sangre tras haber recibido tratamiento con retinoides, pues éstos quedan acumulados en la sangre por largo tiempo.

El metotrexato es un fármaco potente que se administra en formas severas y extensas de psoriasis. También se aplica en psoriasis artropática. Usualmente se ingiere por vía oral. El tratamiento con metotrexato puede durar varios meses. Puede darse intermitentemente tras la mejora de las lesiones. Se recomienda en casos graves y si fallan otras terapias. Es necesario realizar análisis de sangre para controlar el funcionamiento del hígado.

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