Melanoma

El melanoma es el cáncer de piel más peligroso

El melanoma es el cáncer de piel más peligroso. Es la primera causa de muerte por enfermedades cutáneas y su incidencia anual está aumentando tanto en mujeres como en hombres. Un informe del Centro de Investigación Biomédica en Red (Ciber), la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y la Asociación Española contra el Cáncer muestra que en la últimas dos décadas se han visto incrementos significativos, sobre todo entre las personas mayores de 65 años, que representan un 44 % de los casos. Se trata, sin embargo, de un tipo de tumor que se puede prevenir. Se sabe que la aparición del melanoma está ligada a las quemaduras de la piel y a la exposición solar prolongada. Además, si se detecta a tiempo, la curación es posible en la gran mayoría de los casos. Por eso, el énfasis debe estar en la fotoprotección y en las revisiones constantes

Si, a través de la autoexploración, descubrimos alguno de estos cambios, modificaciones o aparición de lunares con características inusuales, debemos acudir inmediatamente al dermatólogo. El diagnóstico precoz es fundamental para conseguir una curación completa.

En resumen, si queremos prevenir la aparición de un melanoma, siempre tenemos que proteger nuestra piel:

1.-Usando barreras físicas de protección: sombrillas, sombreros, gafas de sol, camisetas, manga larga.

2.-Eligiendo un fotoprotector con un alto factor de protección UVA

3.-Examinando nuestra piel, prestando especial atención a nuestros lunares

– Qué es el melanoma
Es uno de los tres tipos de cáncer de piel junto con el carcinoma basocelular y el espinocelular. El más frecuente es el basocelular, pero el más agresivo y mortal es el melanoma, que ha aumentado más en las últimas décadas en cuanto a incidencia. El melanoma se origina a partir de los melanocitos, las células pigmentarias de la piel.

– Señales de alerta
Normalmente aparecen manchas negras, marrones, de colores abigarrados que van creciendo lentamente o a veces de forma más rápida.

– Tratamiento
Extirpación quirúrgica para eliminar la lesión íntegramente, que posteriormente se analiza. Dependiendo del grosor se va a eliminar con un margen de seguridad un poco más o menos grande. Sobre factores genéticos aún no se puede incidir con ninguna terapia a pesar de ser una de las causas del melanoma.

– Tasa de curación
Si se hace un diagnóstico precoz, se curan prácticamente el 100 %. Si se detecta en una fase en que la lesión es más gruesa, el riesgo de poder curarlo disminuye de forma importante. Existe el índice de Breslow que mide la profundidad del melanoma en milímetros desde la capa más superficial de la piel en profundidad. A partir de los cuatro milímetros el riesgo de que reaparezca el melanoma o de que haya metástasis es mucho mayor. Por eso es importante hacer un diagnóstico precoz, porque en las fases más adelantadas aún no hay una terapia eficaz.

– Por sexos
Suele afectar a ambos, aunque en España es más frecuente en las mujeres de mediana edad (algo menos del 60 % de los melanomas aparecen en personas de sexo femenino). Si pusiéramos un prototipo de afectación sería una mujer de mediana edad que tiene una lesión como un lunar que empieza a crecer en la pierna. Es más característica esta zona básicamente por hábitos recreacionales, porque las mujeres tienen esta parte del cuerpo más expuesta al sol. En el hombre es más frecuente en la espalda. Pero puede afectar a cualquier zona de la superficie corporal.

– Grupos de riesgo
Los niños, porque se ha demostrado que las quemaduras durante la infancia son un factor de riesgo de melanoma y otros cánceres de piel. Personas con pieles claras y que nunca se broncean. Pieles con más de 50-100 lunares. Personas que han tenido cáncer de piel o que tienen antecedentes familiares. Personas que han sufrido quemaduras solares en la infancia o en alguna ocasión. Pacientes que están con tratamientos inmunodepresores.

– Protección
La protección solar debe incidir en las zonas más expuestas al sol como la cara, las piernas, los brazos o el escote. La recomendación es una protección alta o muy alta para todo el mundo, a no ser que sean fototipos 5 o 6 (mulatos o negros) porque la fotoprotección que indican los filtros solares comercializados con factor 50-60 consiguen esta protección cuando aplicamos una cantidad muy importante de crema sobre la superficie corporal y normalmente esto no se hace. Hay que aplicar la protección de forma generosa y protegerse siempre que estemos expuestos a la luz ultravioleta.

– Zonas del cuerpo sospechosas
Manchas en las palmas de la mano o las plantas del pie. Pero hay que consultar con el especialista cualquier lunar, cualquier mancha de bordes irregulares, que sea asimétrica, que tenga varios colores, que crezca, que sea distinta del resto de los lunares. También hay que consultar al especialista si la mancha molesta, sangra, supura o se ulcera.

– Peligros de la depilación láser y las cabinas de bronceado
No se ha demostrado que el uso de depilación láser o fotodepilación aumente el riesgo de padecer cáncer de piel. Pero cuando se usan estos procedimientos estéticos hay que cubrir los lunares y no hay que irradiarlos con el láser o con la luz intensa pulsada. Se deben usar estos sistemas con los parámetros optimizados y con un control médico dermatológico porque estas fuentes de luz pueden quemar. Las cabinas de bronceado, sin embargo, sí inducen cáncer de piel.

– Importancia de la revisión
Una persona con más de 50 lunares –lo normal es tener de media unos 20 aunque hay quien no tiene ninguno- o con factores de riesgo debe revisarse una o dos veces al año. Para las personas con lunares, hoy existen técnicas de detección precoz. La dermatoscopia digital que permite grabar y tener identificados los lunares del paciente y visualizarlos de forma más precisa para saber si un nevus es malo o no. También existe la microscopia confocal, que permite ver casi como si se hubiese hecho una biopsia al paciente. Es un sistema no invasivo que permite ver las capas de la piel una a una y decir si una lesión es maligna o no. En el hospital Clínic de Barcelona y en el Universitario Fundación Alcorcón está disponible esta técnica.

Hay distintos tipos de cáncer que se pueden desarrollar en la piel. ¿Qué características particulares tiene el melanoma?

El melanoma es el de cáncer de piel más peligroso y agresivo, suele afectar a gente más joven, la media de los pacientes está en torno a los 40 y 50 años. El carcinoma basocelular y el carcinoma espinocelular son los otros dos carcinomas cutáneos, que no derivan de los melanocitos, sino de los queratinocitos de las células basales de la epidermis. Estos son más frecuentes. El cáncer más frecuente a nivel mundial es el carcinoma basocelular. Y son lesiones que aparecen fundamentalmente en las zonas expuestas al sol: la cara, el escote, el tronco. Son lesiones que van creciendo muy lentamente, llega un momento en que se van ulcerando y sangran. Tienen un borde perlado, pueden ser pigmentadas o lesiones de líneas capilares sanguíneas en la superficie. El carcinoma espinocelular es más agresivo que el basocelular, pero menos que el melanoma. Son lesiones que crecen rápidamente, como cuernos cutáneos, queratósicas. Pueden aparecer en el labio o en la cara, en zonas expuestas. Y suelen aparecer en personas más mayores. Los carcinomas cutáneos aumentan con la edad.

Dentro de los melanomas, ¿qué variaciones hay?

El más frecuente es el melanoma de extensión superficial. Son tumores que van creciendo lentamente y de repente se sobreelevan. Estos están asociados con quemaduras en la infancia. Luego, tenemos otro, que es el lentigo maligno melanoma. Estos son manchas marrones negruzcas que van creciendo muy lentamente, durante años, y que se localizan especialmente en zonas expuestas al sol: en la cara, en la espalda y en las piernas. Otro melanoma es el nodular, que crece y se sobreeleva muy rápidamente. Es un tumor con un peor pronóstico, porque crece tan rápidamente que suele haber hay un retraso en el diagnóstico. Otro tipo de melanoma es el que ocurre en palmas y plantas de los pies, se asocia a personas de color y es más frecuente en ellas, porque hay ciertas mutaciones genéticas en estos pacientes.

¿A qué señales debemos prestar atención para detectar tempranamente un melanoma?

El melanoma se caracteriza por lesiones anormalmente pigmentadas, de tonalidades marrones oscuras o negras, que pueden aparecer de cero o sobre una lesión pigmentada o lunar previo que cambia. Los signos de alerta que tenemos que buscar cuando tenemos una lesión pigmentada de la piel son que sea asimétrica, que tenga bordes irregulares, que sea de un diámetro grande, de más de seis o siete milímetros, que tenga distintos colores y que vaya cambiando de forma, tamaño, color, o que nos produzca alguna sintomatología, como que de repente empiece a sangrar, que moleste o se inflame. Esos son signos de alerta ante lesiones pigmentadas. Con esta información, pedimos que la gente se autoexplore, aprovechando que la piel está a la vista y no necesitamos pruebas sofisticadas para observarla. Con solo un espejo podemos explorar la piel. Sobre todo, a las personas que tienen muchos lunares o pecas, les decimos que se fijen en lo que llamamos el signo del patito feo: si tienen varias manchas o lunares pero una es muy distinta a las demás, y si ha ido cambiando, con más motivo es signo de alerta. Si aparecen lesiones que no estaban previamente, hay que consultar con un especialista. El diagnóstico es eminentemente clínico. Luego, utilizamos técnicas de imagen que nos dan más precisión, como la dermatoscopia digital, que nos permite aumentar la sensibilidad y la especificidad en el diagnóstico de estas lesiones melanocíticas en la piel.

¿Qué factores de riesgo nos pueden predisponer a desarrollar estas lesiones?

Si una persona ya ha tenido un melanoma previo, tiene más probabilidades de poder tener un segundo. Aquellas personas que tienen muchos lunares, más de cincuenta o cien, tienen más riesgo. También las que tienen antecedentes familiares, una madre o un padre que han tenido melanoma, tienen más probabilidades. Otro factor importante es haber sufrido quemaduras solares, sobre todo en la infancia. Esto aumenta el riesgo, al igual que la exposición crónica. Estos dos tipos de quemadura o exposición pueden provocar dos tipos de melanoma distintos. Están estas quemaduras agresivas en la juventud, y luego está la exposición crónica constante a la radiación ultravioleta de la piel, que hace que al cabo de un tiempo pueda aparecer melanoma u otros cánceres cutáneos, como el carcinoma basocelular y el carcinoma espinocelular en la zona expuesta. Luego, hay otro grupo de pacientes que tienen mayor riesgo, que son aquellos que están con tratamientos inmunosupresores que disminuyen las defensas. Pueden estar incluidos aquí los pacientes trasplantados, que toman estos medicamentos para evitar el rechazo del órgano, pero por esta misma medicación pueden tener más riesgo de neoplasias cutáneas.

Sin importar su aspecto, ante cualquier cambio en algún crecimiento preexistente de la piel, o la aparición de un nuevo bulto o úlcera abierta que no cicatriza, se debe consultar de inmediato a un médico. Si se trata de una lesión precursora, el tratamiento

precoz prevendrá el desarrollo de un carcinoma espinocelular. Generalmente, sólo es necesario un simple tratamiento quirúrgico o la aplicación de un agente tópico quimioterápico.

¿Cuáles son los tratamientos más efectivos para el melanoma?

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¿Cómo se realiza el tratamiento quirúrgico?

Es la extirpación de la lesión con un margen de seguridad que va a ser mayor o menor según el grosor tumoral del melanoma. En algunos casos hacemos luego también biopsias de lo que se llama ganglio centinela, que es quitar el ganglio al que irían también las células del melanoma en el caso de que se diseminaran.

¿Cómo es la supervivencia en el melanoma?

Varía mucho. Depende del estadio del paciente. En las primeras fases, cuando las células del melanoma están en las capas más superficiales de la epidermis, logramos curaciones con la extirpación prácticamente en el 100 % de los casos. Pero hay que tener en cuenta que en el melanoma lo que medimos fundamentalmente es el índice de Breslow, que es la profundidad a la que llegan las células del cáncer en la piel. A mayor profundidad, mayor agresividad del tumor y menor supervivencia. Entonces, cuando ya vemos estas células en la dermis profunda o en el tejido subcutáneo, la supervivencia a diez años baja mucho y puede ser menor al 50 %.

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