Piel libre de manchas solares o léntigos
MANCHAS SOLARES O LÉNTIGOS ACTÍNICOS
Dra Elena Vargas Laguna.
Dermatóloga en Clinica DermoMedic
Las manchas solares o léntigos son lesiones planas que aparecen habitualmente en las zonas fotoexpuestas, y tienen un color que varía desde el marrón claro al marrón oscuro; con un tamaño que oscila desde pocos milímetros hasta algunos centímetros. La mayoría de ellos se deben a la exposición solar previa: léntigos solares propiamente dichos.
En ocasiones no aparecen por la exposición a la radiación ultravioleta y se presentan en el contexto de algunos síndromes genéticos como el “síndrome de Peutz-Jeghers” donde además de estas máculas marrones de pocos milímetros que se localizan en la cara y en los labios, pueden aparecer pólipos en el tracto gastrointestinal; o el “síndrome de Leopard” que son pacientes que presentan léntigos múltiples y otras alteraciones sistémicas como sordera, anomalías genitales, estenosis pulmonar, hipertelorismo y electrocardiograma anómalo.
MANCHAS SOLARES O LÉNTIGOS ACTÍNICOS
Si nos centramos en las manchas solares o léntigos actínicos, son lesiones muy prevalentes en nuestro medio, ya que son frecuentes en personas de raza blanca, un 90% de los mayores de 60 años presentan alguno.
En personas de color de piel más oscuro o fototipos oscuros será más raros verlos, mientras que en aquellas personas de piel blanca con facilidad para quemarse con el sol se observarán a menudo.
Se trata de manchas bien definidas que se distribuyen: aisladamente en la cara; o en forma de múltiples manchas localizadas en la cara, el dorso de las manos o la parte superior de la espalda.
Se producen por un aumento en el número de melanocitos en la epidermis como respuesta a la exposición solar. Es un signo por tanto de exposición solar crónica o intermitente aguda, apareciendo a veces tras las quemaduras solares.
Aunque las manchas solares o léntigos actínicos son lesiones benignas que en general no presentan mayor problema que el estético, no se deben confundir con el léntigo maligno o léntigo maligno melanoma, ni con otras lesiones benignas como el acantona de células claras, la queratosis actínica pigmentada o la queratosis seborreica.
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DIAGNOSTICO:
Es importante establecer un diagnóstico adecuado antes de realizar cualquier tratamiento con fines estéticos para eliminar estas lesiones. Para ello existen signos clínicos que nos orientan hacia su origen benigno o maligno:
- •El léntigo solar tiene habitualmente unos límites bien definidos con los bordes netos y un color homogéneo marrón-marrón claro.
- •El léntigo maligno sin embargo se caracteriza por presentar varias tonalidades de marrones, incluso alguna zona de color grisácea o negra y una forma más irregular
A veces es difícil el diagnóstico diferencial ya que en los estadios iniciales el léntigo maligno puede presentar cambios muy tenues cómo: discretas zonas más rojizas o pequeñas zonas sobre el léntigo que se han oscurecido.
Para un correcto diagnóstico el dermatólogo dispone de la dermatoscopia y la microscopía de confocal; ambas son técnicas de imagen que nos permiten observar las células (microscopio confocal) o analizar estructuras que nos orientan hacia el origen benigno o maligno de la lesión (dermatoscopia).
Ocasionalmente es necesario recurrir a la biopsia si estas técnicas de imagen nos ofrecen la sospecha de que la lesión no sea benigna.
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TRATAMIENTO:
Sólo cuando no existan dudas sobre la benignidad de la lesión podremos eliminarla con láser.
Para la eliminación de los léntigos solares disponemos de diversas fuentes de luz que nos permiten la eliminación de estas manchas sin dejar cicatrices; se puede emplear luz intensa pulsada (con la ventaja de poder tratar superficies extensas como toda la cara o ambas manos) o bien el láser Q-Switched 532 nm que se usa para lesiones más localizadas.
Tras el tratamiento con estas fuentes de luz los léntigos se oscurecen pudiendo incluso aparecer pequeñas costritas que curan completamente en un periodo 7-10 días. Puede ser necesario un segundo tratamiento con láser si no desaparecen inicialmente y es muy importante la protección solar posterior al tratamiento para evitar su nueva aparición.