Entrevista sobre la psoriasis y sus comorbilidades al Dr. José Luis López Estebaranz

ABC Salud

 

Entrevista sobre la psoriasis y sus comorbilidades al doctor José Luis López Estebaranz, Jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario Fundación Alcorcón. Director Médico de DermoMedic.

 

 

Psoriasis, una patología más allá de la piel

 

– La psoriasis es una enfermedad inflamatoria de la piel, crónica, no contagiosa, que se caracteriza por la presencia de placas eritematoescamosasque cursa en forma de brotes y que tiene un curso impredecible. Se calcula que actualmente algo más de un millón de españoles la padecen. Pero lapsoriasis va “más allá de la piel”. La asociación con otras enfermedades o  comorbilidades repercute tanto en el manejo de esta enfermedad, como en su evolución, así como en el tratamiento a seguir por parte del dermatólogo.

 

Pregunta.- ¿Existe algún tipo de conexión entre la psoriasis y otras enfermedades sistémicas como las artropatía o las enfermedades cardiovasculares?

Respuesta.-Sí. Aunque no está totalmente aclarada la relación etiopatogénica, la psoriasis está relacionada con el proceso inflamatorio crónico de otras patologías como las artropatías o la arteriosclerosis. Así, sabemos que entre un 5 y un 30 por ciento de los pacientes con psoriasis desarrollará artritis psoriásica. Esta comorbilidad es más frecuente en personas con antecedentes familiares, con psoriasis en las uñas y cuero cabelludo o que tienen grandes superficies afectadas por placas psoriásicas. Además en los pacientes con psoriasis la HTA, obesidad, DM, síndrome metabólico y dislipemias tienen una prevalencia mucho mayor que en la población general. Hoy día, los dermatólogos consideramos que se debe ofrecer un abordaje integral del paciente psoriásico.

 

P.- ¿ Cuál sería el papel del dermatólogo frente a dichas comorbilidades?

R.- Los especialistas en Dermatología estamos en una posición estratégica a la hora de detectar estas comorbilidades. Por ejemplo, en casos de artropatía psoriásica, la piel precede a la afectación articular en el 75-80% de los casos, apareciendo esta última entre 5 y 10 años después del inicio de la enfermedad cutánea.En menos de un 20 por ciento de los casos el orden de aparición de los trastornos es el inverso, por lo que el dermatólogo se encuentra en una situación privilegiada para realizar un screenig de forma precoz de la existencia de afectación articular y así poder establecer un tratamiento que evite la aparición de lesiones articulares irreversibles. De forma similar debemos detectar la presencia de otras enfermedades concomitantes (HTA, enf. cardiovascular,…) que pueden repercutir de forma importante en la morbi-mortalidad de nuestros pacientes.

 

P.- ¿Pueden las posibles terapias utilizadas para manejar las comorbilidades en los pacientes psoriásicos repercutir o interaccionar con la psoriasis o con los fármacos utilizados para la misma?

R.- Por supuesto, de ahí que el dermatólogo debe tener un conocimiento amplio de los posibles efectos adversos, interacciones y repercusión de los tratamientos en las patologías asociadas en estos pacientes psoriásicos. Por estos motivos, el dermatólogo debe conocer las pautas básicas de diagnóstico precoz de las principales comorbilidades para su prevención y manejo terapéutico, y así  evitar que los tratamientos utilizados en las enfermedades asociadas puedan interferir el curso de la psoriasis y viceversa.

 

P.- ¿Qué papel juegan las terapias biológicas en el manejo integral del paciente psoriásico?

R.- Cuando un paciente tiene psoriasis y artritis psoriásica a la vez cambia el enfoque de tratamiento, puesto que es necesario utilizar fármacos que sean eficaces en las manifestaciones cutáneas y articulares, unas condiciones que no todos reúnen. En estos casos, el tratamiento más indicado es el realizado con fármacos biológicos, que han demostrado eficacia y seguridad para tratar ambas enfermedades inflamatorias. Hoy día, gracias a la terapia biológica, el tratamiento de los pacientes con psoriasis ha cambiado de manera radical, ya que permite realizar tratamientos a largo plazo, que no se podían hacer con la terapia clásica, puesto que tenían efectos secundarios en su uso a largo plazo. En estos casos, el tratamiento con etanercept y otros fármacos biológicos (ustekinumab, adalimumab, infliximab) ha demostrado, además de ser eficaz en el aclaramiento de las lesiones cutáneas de la psoriasis, evitar también la destrucción articular que produce la artritis psoriásica.