El rubor persistente se llama rosácea y tiene tratamiento
Compartimos en nuestro blog el artículo de Teresa de la Cierva en abcblog, de 20 de noviembre, en el que entrevista al Dr. José Luis López Estebaranz, dermatólogo y director médico de DermoMedic, sobre el rubor persistente o rosácea.
Mejillas rojas, granos inflamados… Esta enfermedad de la piel afecta al 14 % de la población y genera vergüenza, falta de autoestima, ansiedad y depresión al 90 % de los pacientes
El cantante Dani Martín y la presentadora Paula Vázquez publicaron en su perfil de Instagram una foto en la que mostraban, sin filtros, su piel con rosácea, una enfermedad que afecta a 4,2 millones de españoles (según datos de ‘Face Values: Global Perceptions Survey’), y que en épocas de frío y sequedad se multiplica.
¿Su principal síntoma?El enrojecimiento de la piel de manera intermitente y de forma espontánea (rubor persistente), como si se tratase de una reacción alérgica. También puede producir lesiones parecidas a las del acné, ronchas, pústulas… Y, ocasionalmente, se produce un engrosamiento de la nariz, un efecto secundario desagradable, que se observa principalmente en los hombres. “El impacto psicológico y emocional en estos pacientes d puede ser importante, ya que puede reducir la autoconfianza, aumentando el riesgo de ansiedad social y depresión” asegura el doctor José Luis López Estebaranz, experto en tratar a estos pacientes.
¿Qué factores desencadenan (o agravan) el rubor persistente?
“La rosácea no aparece inesperadamente, sino de forma progresiva y a veces, este estado de la piel, es hasta imperceptible”, señala la doctora Salleras, directora de la Clínica Dermatológica que lleva su nombre en Barcelona. “Es una enfermedad crónica relacionada con factores genéticos, y también ambientales, como el viento, el frío, el ejercicio al aire libre, la exposición solar… Todos ellos hacen que se produzca una vasodilatación de la circulación facial (conocida como eritema facial). Esta ‘apertura’ y posterior ‘cierre’ de los capilares y vénulas de la cara, va dejando una cierta vasodilatación permanente, que no se recupera, y que es el origen de la piel con rojeces y tendencia al enrojecimiento”.
Según Rocío Escalante, experta en dermocosmética de la Farmacia Arbosana, la rosácea puede empeorar con el estrés, la ingesta de alcohol o las comidas picantes (“cualquier estimulador de la circulación sanguínea”), las grasas trans y los ácidos grasos saturados. “Y hay un parásito llamado ‘demores folliculorum’ que interviene en el desarrollo de esta enfermedad que, desgraciadamente no tiene cura”.
Lo habitual es que los síntomas aparezcan entre los 30 y 50 años, “y tiene una mayor incidencia en mujeres con piel blanca y sensible, afectándoles tres veces más que a los hombres”, apunta el doctor Miguel Sánchez Viera, de la clínica IDEI.
¿Cómo se controla este rubor persistente?
Como indica el dermatólogo Golüke, creador de la línea tratante Royal Fern, la rosácea es una enfermedad crónica que no es completamente curable, pero es fácil de controlar. “El paciente con rosácea puede tener exacerbaciones y evolucionar a formas más agresivas o agudas. Los tratamientos de los que disponemos los médicos son muy seguros, pero requieren la indicación precisa, su control y su aplicación por profesionales expertos”.
–Fotobiomodulación. Se trata de aplicar sobre el rostro un gel con fotoconvertidor bajo una lámpara de luz LED azul (Kleresca), y cuando ésta incide en el gel, los cromóforos contenidos en él convierten la luz en fluorescencia, que penetra en la piel a diferentes longitudes de onda. En 9 minutos (y de 4 a 8 sesiones) repara la piel, sin necesidad de absorción de fármacos, ni destrucción o calentamiento celular. “Es más suave que los tratamientos tradicionales, ha demostrado una alta eficacia y seguridad, y permite hacer vida normal justo después de recibirlo, incluso en verano ya que no causa fotosensibilidad”, tranquiliza el doctor Estebaranz. “Tiene un efecto antiinflamatorio muy evidente y es el mejor método para disminuir la rojez tan constante y molesta que acompaña a la rosácea”, añade la doctora Montserrat Sabán (Barcelona).
–Láser. El XEO Génesis de Cutera, es, según la doctora Carla Barber, el único láser que trata la rosácea. “Sus longitudes de onda presentan mucha apetencia por la hemoglobina (pigmento presente en la sangre), que actúa como cromóforo, es decir, como color atrayente para esa luz. De esa manera mejoramos el aspecto general de la piel y desaparece ese rubor característico”.
–Botóx. “Una de las principales bases de la rosácea es la inflamación -explican las doctoras Mar Mira y Sofía Ruiz del Cueto – y se ha descubierto que la toxina actúa sobre unas células llamadas Mastocitos, evitando que liberen los agentes proinflamatorios. Para lograrlo se ha de infiltrar con aún mayor dilución que para las arrugas, para lograr que se distribuya y sedimente mejor en todas las regiones afectadas. Además, la toxina también tiene una acción a nivel vascular”.
–Cosmética. Como cuenta la farmacéutica Rocío Escalante, “hay pacientes que de manera permanente tienen rojeces, por ejemplo, solo con el contacto de su piel con el agua”. Les recomienda usar cosméticos específicos (Sensibio Forte de Bioderma, Rosacure de Cantabria Labs) con efecto calmante y antiinflamatorio. Algunos (Sensibio AR BB Cream) tienen incluso efecto maquillaje. ¿Más? “Es fundamental protegerse del sol siempre, pero más si se sufre una enfermedad como la rosácea. Y no utilizar exfoliantes con gránulo, químicos o dermoabrasiones, ya que el simple hecho de la fricción ya supone un empeoramiento de la piel”.
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