Crece el número de lesiones de la piel
Una vez más traemos a nuestro blog una interesante entrevista con el Dr. José Luis Estebaranz, realizada por Denisse Cepeda, para el periódico Cinco Dias el pasado 23 de septiembre:
“Necesitamos más dermatólogos; las lesiones de la piel crecen”
El doctor Estebaranz apunta que el auge de la demanda en esta atención especializada ha elevado el número de plazas MIR en más de un 25%-30% en los últimos años. El Covid, afirma, ha aumentado las listas de espera: “Vemos neoplasias malignas con retraso”
El Dr. dirige el servicio de dermatología del Hospital Universitario Fundación Alcorcón y es presidente del Colegio Iberolatinoamericano de Dermatología (Cilad), el encuentro bianual de referencia en el área celebrado en Madrid en junio-julio pasado. José Luis López Estebaranz (Segovia, 1963) resalta la eclosión de nuevas tecnologías en esta especialidad para el diagnóstico y el tratamiento de las lesiones cutáneas, así como el incremento de las enfermedades de la piel por la mayor longevidad y los factores ambientales.
El ser humano es más propenso a padecer patologías de la piel, ¿qué factores inluyen?
Cada vez hay más enfermedades de la piel y algunas de ellas han aumentado debido a la mayor longevidad de la población, como el cáncer de piel, tanto el melanoma como el carcinoma basocelular y espinocelular. Pero también
por el estilo de vida y los factores ambientales.
¿Qué otras lesiones de la piel son propias de la edad?
Los cambios en la pigmentación, la falta de elasticidad, la atrofia de la piel, y que se acentúan por factores
ambientales, por las radiaciones ultravioletas. La piel nos releja la salud del individuo.
¿Cuáles son las enfermedades que más crecen?
La psoriasis y la dermatitis atópica son enfermedades inflamatorias crónicas muy prevalentes, afecta al 3% y al 10% de la población, respectivamente, y alteran mucho la calidad de vida.
También el acné, muy común, que tiene tratamiento, pero hay que evitar las cicatrices que dejan como secuela. Las nuevas tecnologías, como los láseres, los sistemas de luz, permiten tratar patologías que antes abordábamos solo con medicación oral y que tenían sus efectos secundarios.
¿Cuáles otros avances tecnológicos destacaría?
La tecnología se ha desarrollo mucho en dermatología, ha habido un boom. En las de diagnóstico me gustaría resaltar las de imagen: la dermatoscopia digital computarizada, la microscopía confocal y la tomografía de coherencia óptica, que nos permiten hacer un diagnóstico precoz y diferencial de las lesiones pigmentadas, melanocíticas, y monitorizar de forma automática a pacientes con mayor riesgo.
Y en dispositivos, los sistemas de luz permiten eliminar desde tatuajes sin dejar marcas ni cicatrices, con láseres de nanosegundos y picosegundos, hasta manchas o lesiones tumorales e incluso vehiculizar medicamentos a través
de la piel sin tener que tomarlos.
Y las oncológicas, ¿siguen al alza?
Sí, el melanoma es el más agresivo, pero no es el más frecuente; lo es el carcinoma basocelular. Pero están apareciendo nuevos fármacos para tratar cánceres avanzados, tanto el basocelular o el espinocelular como el melanoma, que inhiben incluso el crecimiento del tumor, como [los inhibidores de] la vía de Hedgehog, el sonidegib y el vismodegib.
Los inhibidores del BRAF, para el melanoma avanzado, o los anti-PD-1 y PD-L1, pembrolizumab y nivolumab, que logran controlar en un porcentaje importante la metástasis diseminada de melanoma.
¿Qué novedades terapéuticas hay para tratar el vitíligo?
En los últimos cinco años está habiendo un desarrollo importante para manejar esta enfermedad.
La FDA acaba de autorizar el primer medicamento tópico, ruxolitinib, y en la EMA está en vías de aprobación. Es un inhibidor de las [proteínas] Jak1 y Jak2. Hoy día, el tratamiento más receptivo es la fototerapia con luz ultravioleta
de banda estrecha y el láser de excímeros, que consigue la repigmentación en un porcentaje importante de pacientes.
¿Cuáles han sido los efectos del Covid en la piel?
Tenemos desde lesiones exantemas maculopapulosos, urticarianas, vasculitis, livedo racemosa, palmoplantares, hasta en mucosas…
Las manifestaciones han sido muy variadas, pero son lesiones transitorias. Lo que el Covid ha provocado es un retraso en la atención especializada y estamos atendiendo, muchas veces, neoplasias malignas, casos más avanzados,
con retraso.
La lista de espera puede ser de seis meses a un año. ¿Cuál es el tiempo máximo que debería esperar un paciente oncológico?
Cuanto antes, mejor. En los centros públicos de la Comunidad de Madrid debemos atender al paciente con un diagnóstico oncológico en menos de 30 días.
¿Esto tiene visos de mejora?
Es un problema de recursos sanitarios, evidentemente, pero la demanda es cada vez mayor. En 2021 vimos muchos más pacientes que en 2019 y 2020, lógicamente por la pandemia. Pero el número de enfermos se incrementa, hay mucha más demanda. En este hospital vemos unos 30.000 al año y hacemos más de 3.000 cirugías anuales.
¿A qué ritmo crece la demanda?
Aumenta también porque la pandemia ha distorsionado el funcionamiento adecuado del primer escalón de la atención sanitaria que es la atención primaria, ese filtro, y esto repercute en la atención especializada.
Se necesitan más dermatólogos porque sube la demanda y las patologías; es una especialidad muy amplia. En los últimos 10 años el número de plazas MIR ha subido en más de un 25%-30%.
Este año salen 120 nuevas plazas, hace unos años eran menos de 90.
España lidera en Europa los casos (7.000) por viruela del mono. ¿Hay que preocuparse?
No es un Covid, no hay que asustar a la población, pero sí hay que tomar medidas para evitar el contagio y la propagación, como un aislamiento adecuado hasta que se curen las lesiones y el paciente deje de transmitirlo. Es importante el control epidemiológico para erradicarla y la administración de las vacunas ayudará a elevar la inmunidad y a controlar la enfermedad.
En España se han registrado ya tres muertes por esta infección.
La mortalidad es excepcional, pero en aquellos pacientes que tienen otros factores de riesgo de inmunosupresión
o alguna complicación severa sí que puede llegar a provocar la mortalidad.
En los últimos años crecen también las enfermedades de transmisión sexual, ¿por qué?
Lleva ciclos, la sífilis, las enfermedades por gonococo y por clamidia.
El VIH se ha convertido en una enfermedad crónica, con tratamientos preventivos para su diseminación.
Esto ha hecho que, quizás, las medidas preventivas, de barrera, se hayan abandonado, lo que aumenta, muchas veces, la transmisión de otras enfermedades que van parejas.